El agua está algo fría pero felizmente es verano. Dejo la toalla colgando en la baranda y desnudo con bastón en mano entro a la ducha. Me lavo la cabeza como si no lo hubiera hecho en semanas pero es necesario, el hospital es irónicamente un lugar donde fácilmente puedes enfermarte. Mientras jabono toco mi espalda y pienso en el corte que me harán ¿quedará una cicatriz muy fea?¿me dolerá?¿y si después de la operación termino en una silla de ruedas?. Me enjabono la cara para evitar pensar lo que sucederá en los siguientes días. Solo una cortina cerraba la ducha luego escuchaba los pasos de otros pacientes que ingresaban para orinar antes de irse a dormir, siempre había ese morbo en la mente de que un chico guapo justo quisiera también bañarse y al jalar la cortina y verme allí desnudo se quitaría la ropa también para entrar y bañarnos juntos, pero así como la promesa del doctor de que saldría mejor después de la operación, eso nunca se dio.
Chorreando y goteando el piso de la habitación llego envuelto en toallas para cambiarme. Jalo la cortina de mi cama pero no cubre a la del frente que por suerte está vacía. Una vez termino de vestirme me echo de costado mirando a la ciudad desde esa ventana que era la pared de nuestra habitación compartida. Canto bajito la canción que escucho desde mis audífonos ¿cuál era? la verdad no me acuerdo, pero no debió de gustarme mucho porque poco a poco me fui quedando dormido.
De repente escucho un ruido, abro los ojos y en la cama de enfrente veo a un joven sentado sobre las sábanas también mirando hacia la ventana. Lo miro fijamente, después de quitarme los audífonos me pregunta mi nombre y yo hago lo mismo. Se llama César, tiene unos 38 años, es de mi estatura, es medio gordito y medio calvo. Tiene un libro entre sus manos pero parece que prefirió ver la ciudad de madrugada.
- ¿No puedes dormir? - le pregunto
- No
- ¿Por qué?
- Es posible que me operen mañana
- Mejor, así no tienes que esperar mucho, yo ya estoy aquí una semana y...
- Sí, pero tengo miedo
Todos tenemos miedo, lo único que algunas personas aparentamos no tenerlo mientras que otras son lo suficientemente valientes para decirlo. César tiene miedo pues no es la primera vez que lo operan de lo mismo. Un tumor en su cerebro ya lo ha llevado a sala de cirugía como tres veces. Cada una de ellas le había generado una secuela un poco más difícil de rehabilitar; Y es que cuando tocas el cerebro aveces dejas de mover una pierna, otras un brazo, otras la mitad de la cara y otras el cuerpo entero. César se había recuperado de una reciente lesión producto de su última operación, sin embargo la reaparición del tumor ahora le producía dificultades para hablar, el doctor le ha dicho que puede perder el habla.
- Me han dicho que puedo perder el habla.
- Ahh ya veo, pero sabes que hay rehabilitación para eso.
- Sí sé, pero me va a causar problemas en el trabajo... claro, si me dejan seguir trabajando.
- Capaz no te afecte tanto, al menos sabes que tienes que operarte de todas maneras.
- Sí, mi viejita trabaja aquí, es enfermera y gracias a ella he podido hospitalizarme.
Solo la luna nos ilumina. Quiero acercarme a él pero me da vergüenza, quiero tocar su cuerpo, no sé si por el mismo deseo que sentía al ducharme o por aliviar de alguna forma la preocupación que le embargaba, capaz con caricias, capaz con un beso. En eso me pregunta por qué estaba yo allí. Le dije que tenía 20 años y que me iban a operar de la columna, que tampoco sabía si iba a quedar mejor o peor, sólo sabía que si no me operaba en unos meses me quedaría paraplégico y en el peor de los casos me podría generar una hemorragia interna. Le cuento cómo paso mis días deambulando entre los cuartos, dibujando en un cuadernito y cantando entre los pasadizos del piso mientras espero la venida de nuestro señor neurocirujano. César me mira sonriendo y agacha la cabeza siendo ese el momento en el que me di cuenta de su notoria falta de cabello. Ahora que lo pienso, puede que la radioterapia haya sido causante de ello. Se me hace difícil escucharlo ya que aparte del bajo volumen que mantenemos para no despertar a los otros dos señores que duermen al lado su dificultad al pronunciar las palabras se va haciendo evidente.
No recuerdo cómo terminó la conversación, solo sé que me despedí para dormirme, él me deseó dulces sueños y lo dejé viendo la ciudad con las piernas entrecruzadas aún sobre su cama. Al día siguiente ya no estaba, lo habían llevado a sala de operaciones, una semana más tarde me tocaría a mí. No supe absolutamente nada de él hasta casi un año después que fui a una consulta con el doctor que me operó. Vi a su mamá que era enfermera del consultorio de al lado. Le pregunté por César. Había perdido el habla.
***
Pd1: La imagen inicial indica el área de Broca que es una sección del cerebro que se encarga de la producción del habla, el procesamiento del lenguaje y su comprensión.
Puffff, tremendo. Por mis problemas de azúcar me suelen dar migrañas periféricas y hubo una época, cuando aún vivía con mi familia, que una vecina nuestra que le daban las mismas migrañas murió de repente porque tenía un tumor cerebral que nunca le detectaron. Estuve casi un año obsesionado por el tema hasta que, tras las pertinentes pruebas médicas, me confirmaron que mis migrañas se deben a la hipoglucemia.
ResponderEliminarSí ps, hay muchas cosas ocultas dentro de nosotros.
EliminarVaya historia Mu, igual yo las tres veces que te tenido operaciones (pequeñas por cierto) siempre se sienta una mezcla de espectativa y miedo. Pero en el caso de ustedes las cosas son un poco mas serias asi que imagino que debe existir una preocupacion mayor.
ResponderEliminarPS: Si yo no pudiera hablar el mundo tendria un gran descanso ¿no crees?
Aveces me preocupa acostumbrarme a la sensación de tener que ir al hospital cada cierto tiempo.
EliminarOh que pena por Cesar y no estoy seguro si estos problemas son recuperables, afortunadamente hay otras formas para comunicarse, mientras recupera el habla, se que es muy fácil hablar del optimismo cuando no es uno el que se opera, se de los temores, mi cuerpo produce cantidades industriales de histamina, una vez con el odontólogo tuve una crisis alérgica y eso me hizo darme cuenta que si ingreso a una sala de operaciones quizás no termine bien la cosa pues soy alérgico a varios de los excipientes. Pero eeeeen fin no nos entreguemos al desconsuelo, aprovechemos cada instante! Yo me voy a comer un buen sanguchon con harta mayonesa que me tape las arterias! Jajajaja abrazote para ti!
ResponderEliminarMmm entonces un arroz con mariscos podría ser? jeje no es que te quiera producir un shock anafiláctico pero el cuy en el laboratorio sobrevivió :D
EliminarTodos pasamos por momentos de miedo/temor en distintos momentos de la vida, aunque no he vivido lo que es una operación de esa magnitud. Cada uno lo vive de distinta manera, y cada quien pasa por distintas pruebas o dificultades, pero siempre es necesario intentar controlar la situación.
ResponderEliminarEs una lastima lo de Cesar, pero si es posible recuperarse hasta cierto grado.
Como dijeron,es fácil hablar cuando no eres tu el que pasa por la experiencia. Aunque si entiendo al menos en parte... bueno.
Saludos Muni :)
Uno puede tratar de ponerse en los zapatos del otro y entender parte del temor ajeno pero nunca lo sentirá igual. Queda en cada uno saber controlar la situación como bien dices. Un abacho! :)
EliminarESTE TEXTO ES MUY BELLO, a i solo me han operado de la garganta y de cirugia para sacarme una bala, pero no paso a mas, no me daba como tiempo de pensarle mucho cuando me operaron de la garganta perdi la voz uno o dos meses, y me desesperaa mucho no poder comunicarme, asi que mas o menos puedo imaginarme lo de cesar.......pero obvio nada que ver... _.
ResponderEliminarte quiero!
besos
Es difícil comparar el dolor porque siempre más va a doler el de uno mismo. Gracias Panchis, yo también te quiero.
Eliminara mí sólo me cosieron la frente .-.
ResponderEliminarperdió el habla, pero entiende lo que le dicen?
¿Sí? a ver fotoooo jeje
EliminarSi le ha afectado el área de Broca puede que le dificulte también la comprensión.
Yo si recuerdo entra de noche al baño del hospital cuando me hospitalizaron y en la ducha un chico militar (es que era un hospital militar) se bañaba y yo ahi conversando con él, mientras me lavaba los dientes, no recuerdo de que lo operaban a él pero recuerdo que le tenia ganas, cuando me dieron de alta le deje mis revistas. Nunca supe más de él.
ResponderEliminarBueno en resumen... ya divagué, en que estaba?
Puede haber mucho morbo en un hospital, al menos cuando no te sientes convaleciente te das cuenta que hay varios durmiendo, bañándose y cambiándose cerca tuyo, sin contar los técnicos que te bañan, te cargan uff jajaja Abacho!
EliminarMe traumaste... sí esperaba un final trágico, pero cuando lo dices así "sí, Cesar había perdido el habla" yo me quedé en un estado shock. Así que este es una historia antigua... no sabía que te habían operado antes, sé que te tenían que operar reciente... bueno ya hablaras sobre ello.
ResponderEliminarSaludos!
Sucedió días antes de que me operaran en el 2010. Así es la realidad, dura e insensible. Sobre la operación reciente amm esa es otra historia ^^
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