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lunes, 21 de septiembre de 2015

A mi lado


Querido Blog, tiempo que no hablamos. Sí, ya sé, te aburre que escriba sobre las cosas que estoy haciendo y que me estarían "quitando tiempo" para atenderte porque eso no recuperará las horas perdidas fuera de tus publicaciones ni consolará los comentarios sin respuestas, pero hey! mira que tampoco ha sido fácil caminar sin que estés a mi lado pues eres una buena compañía. Te explico.

Como bien sabes querido Blog, hace ya cinco años que comencé a caminar con bastones canadienses, uno en cada mano. Al comienzo me costaba mucho trabajo, ahora lo siento como la llave que siempre llevo conmigo. He aprendido a caminar con la frente en alto, con la espalda recta y sin dejarme perturbar por las miradas de pena o sorpresa que se van generando cada vez que paso por una calle concurrida. Si noto que alguien se me queda mirando, me gusta responderle mirándole de vuelta fijamente a ver si es tan valiente de seguir haciéndolo o decir algo. Pido atención preferencial cuando siento que es necesario porque la verdad no me gusta sentirme "especial" por algo que no me cuesta esfuerzo.

El usar bastones no me deja caminar con alguien de la mano, me acuerdo que cuando estaba saliendo con alguien solo nos tomábamos de la mano en su carro y creo que cuando veíamos películas, pero a pesar de que él no tenía ningún problema en mostrar su afecto en público, pues algo tan común en las parejas que recién empiezan no pudo reproducirse en los aproximadamente seis meses que estuvimos juntos. También es difícil caminar a mi lado, los bastones a mis costados imponen una distancia que pone en riesgo hacer tropezar a las personas que me acompañam. Esto también hace incómodo que alguien quiera caminar poniendo su brazo o su mano en mi hombro. Una vez quisieron tomarme de la cintura y el desbalance casi me tira al suelo con el pobre chico.

No sé si eso sea un ingrediente del aburrimiento que siento cuando veo a las parejitas bien tomadas de las manos y besuquéandose en plena calle. Capaz porque sé que yo no podría hacer lo mismo, o capaz porque sé que ir de la mano con alguien no es necesario para demostrar que lo queremos. Supongo que tendré que averiguarlo, capaz cuando alguien decida coger uno de mis bastones para poder usar su mano en reemplazo podría saber si en realidad quería caminar a mi lado, no es tan fácil como parece eh, lo he intentado y avanzo más lento que una tortuga, pero solo lo tomo como ejemplo, pues mi paso es lento pero creo cada vez más seguro de lo que quiero.

Por eso querido Blog, tú eres el único que me ha acompañado durante todo este proceso y no te has quejado, a pesar de que varios veces te he dejado solo a merced de hackers y actualizaciones de Google que ayer casi me dan un infarto al decirme que no podía entrar a mi cuenta. Felizmente otra vez estoy aquí y quiero quedarme hasta que la vida me diga alto y tengamos que irremediablemente separarnos. Besito, muack!