temp3

temp3

lunes, 24 de marzo de 2014

Una canción para curar


Si me opero me perderé algunas clases, postergaría mis pasantías en el laboratorio, aplazaría el proyecto de mi grupo de estudio, se estancaría mi rehabilitación, estaría en reposo, tendría que caminar más lento por un tiempo, no dormiría tranquilo, me sentiría en retroceso, otra vez. ¿Y si al final no funciona? Si la herida se vuelve a abrir todo el tiempo y dinero invertido sería en vano. El doctor no me asegura lo contrario... creo que tengo miedo.

Todos tenemos miedo, es lo normal, tememos a lo que desconocemos y hoy mi futuro es incierto. Ya lo he dicho antes, estoy acostumbrado a que me cambien los planes a última hora, a que la vida me saque la vuelta y la lengua mientras se aleja y yo sin poder alcanzarla, no es justo, pero tampoco sería justo ponerse triste ¿verdad? al menos para mí que ya tengo que chantarme todo eso no estoy para acumular más penas y lamentos.



Les cuento algo, hace poco Tigretontontón me escribió una canción llamada ¿Te cuento un secreto? y la leí justo un día en que todas estas tribulaciones llegaban a mi mente. Es curioso como aveces la vida te da estas sorpresitas cuando menos las esperas para alegrarte el día y hacerte ver que no todo es tan malo como parece. Sí, en algunas de nuestras conversaciones por Facebook ya me había dicho que quería hacerme una canción a pesar de que nunca lo había intentado. Yo solo con esa idea ya estaba complacido y es que con cada blogger me siento un poco identificado y con Panchíbiris también encuentro esa sensación de aveces querer tirar todo al río por lo cabrona que es la vida y luego rendirme ante una película animada, con las ganas de abrazar a alguien y amar. 

En algún momento alguien me preguntó si él es mi famoso "enamorado" y pues la verdad ni cíber novio, estamos lejos, además cuando yo estaba soltero él estaba con pareja así que él se lo perdió jajaja bromita, es un buen amigo y le agradezco hacerme esta canción en la que dice que nunca me ha abrazado, ni besado, ni manoseado ¡la cruel distancia!, igual me hace sentir apreciado y pues la verdad no sé que tan manoseable puedo ser. Le mando infinitas gracias por compartir conmigo su cariño dentro y fuera de este blog, es un papá ejemplar y una persona maravillosa, miles de besos Panchíbiris amorosus tamalensis :)

La canción no tiene audio, haré que me la cante sí o sí ^^

Pd1: Un doctor dijo que si me opero la herida se puede volver a abrir
Pd2: Otro doctor me dijo que me opere, va a quedar feo pero lo importante es la salud
Pd3: Una doctora me ha dicho que si tengo los cuidados necesarios y me vuelvo delicado como una "mujercita" no sería necesario operarme, que puede cerrarse solo.

Aún no decido...

jueves, 13 de marzo de 2014

Lisiado


Le debía su regalo por Navidad, cumpleaños y San Valentín así que no pensaba salir del centro comercial Arenales hasta tener un genial obsequio entre las manos, se lo debía y ahora que ya había ahorrado un dinerito extra estaba más que decidido en comprárselo.

¿Qué le gusta? la ciencia ficción, naves espaciales, extraterrestres, algunos súper héroes y muchas otras cosas más de las cuales no tengo ni la menor idea. ¿Una serie en especial? Star Trek o Viaje a las estrellas, aunque la verdad no estaba seguro si era esa o Star Wars, pero igual sabía que le gustaba y no me iría de ese lugar hasta comprarle algo bonito relacionado a ello.

Ya estoy más ejercitado con lo de subir y bajar escaleras por mi cuenta así que después de preguntar por todo el primer piso y sólo encontrar dibujos japoneses y bandas coreanas, subí al segundo. Monederos, cadenas, ropa, muñecos, todo relacionado al arte japonés y algunas esculturas geniales de muchas películas y series conocidas, pero nada de Star Trek. Subí al tercer piso y el calor ya era sofocante, entraba a las tiendas disimulando interés solo para ponerme al costado del ventilador y aliviar el cansancio de ir tienda por tienda sin encontrar lo que buscaba. De repente, divisé un muñeco de un tal Spock de Star Trek al cual le podías cambiar las manos y el rostro para las distintas escenas de tus batallas imaginarias con peluches que pudieras hacer sobre tu cama. ¡Como 300 soles el bendito muñeco! y yo ya pensaba en preguntar por alguno hecho de papel. 

No tenía tanto dinero, así que tras terminar con cada tienda de ese nivel subí al cuarto y último piso. Entré a un local donde cinco chicos veían una película. El más atractivo de ellos traía una gorra negra y parecía ser el dueño del negocio. Me saludó de lejos muy alegremente y me invitó a ver los muñecos y las revistas que tenían. Busqué y busqué entre su mercadería esperando encontrar alguna navecita de esa condenada serie, mas al no haber ninguna ya me sentía por tirar la toalla. Luego me fui a la sección de comics y de repente una luz de esperanza deslumbró mi ojos, entre los ejemplares más antiguos encontré en grandes letras rojas "STAR TREK" con el Enterprise en la portada atacando una nave espacial amarilla, año 1985, ¡al fin lo había encontrado!

Habían nueve comics de Star Trek en ese paquete y la etiqueta decía 60 soles (todo con lo que contaba en ese momento). Así que acudiendo a mi más inocente y agradable sonrisa le pregunté al chico de gorra negra lo siguiente:

- Amigo, ¿cuánto por estas revistas de Star Trek?
- Uyy chochera, allí tienes toda una saga completa, eso está... mmmm ¡60 soles!
- Waa no puedo pagarte eso, no tendría cómo volver a mi casa ¿no puedes hacerme una rebaja?
- Naaa, Cada revista te saldría baratísima, esas ya no encuentras en los quioscos ¡¿no sabes el valor que tienen esas revistas?!
- Pues no, no sé nada de Star Trek, es un regalo y quiero llevarlas pero no puedo pagarte 60.
- Mmmm.... ¡Ya sé! como soy generoso, ¡HOY HACEMOS DESCUENTO PARA LISIADOS! ¡Y TE LO DEJO A 50 SOLES! - me dice abriendo los brazos como quien espera un abrazo

Yo atónito y con la mirada desorientada aún por lo que acaba de escuchar respondí...

- ... ammm ¿perdón qué dijiste?
- ¡QUE POR SER LISIADO TE LO DEJO A 50 SOLES!
- así que no escuché mal...
- Genial ¿no? se me acaba de ocurrir, es que como te vi con tus muletitas jajaja
-  ... 
- ¿Lo llevas?
- ... Pues supongo que para la próxima mejor vengo cuadriplégico y así me llevo todo gratis
- ¡JAAA ESE ES EL ESPÍRITU!- celebra el joven abriendo los brazos nuevamente
- ¿Estás hablando en serio?... ¡¿lisiado?! - me quedo mirándolo aún pasmado para luego voltear al paquete de revistas que tenía entre mis manos y enfrentarme al hecho de que ya podía llevarme el regalo que tanto me había demorado en buscar solo si aceptaba que este tipejo me calificara de esa forma debido a mi discapacidad física. Nunca nadie me había dicho "lisiado" antes y pensaba que cuando alguien lo hiciera pues le daría una respuesta mordaz y punzante para que aprendiera a respetarme, pero no lo hice ¿Por qué?, ¿tolerancia?, ¿miedo?...

Sé que la palabra no es ningún insulto y la verdad pues "lisiado" es un adjetivo para la persona que tiene una lesión física permanente, pero será que tantas veces la he escuchado de forma despectiva hacia otras personas que no genera la mejor de las sensaciones cuando te la dicen. Al menos si tienes una discapacidad física como yo, pues te sientes agredido, humillado y no podía permitirlo. Además, esa revista ni es para mí, ¿voy a dejar que me llamen de una forma que no quiero solo para comprarle un regalo a otro chico?...

- Amigo anímate a comprarla, no las vas a encontrar en otro lugar - Me dice otro de los que atienden de pelo ondulado al acercarse donde yo estaba - Es de buena calidad y aunque la verdad no es la saga completa tiene números muy buenos.
- Sé que las revistas están bien, solo que...
- ¿Solo que qué?
- Tu amigo, ¿quién me devuelve el "cumplido" que me ha dado con lo de llamarme "lisiado"? si no sabía mi nombre podía haberme preguntado
- Discúlpalo, no es mala gente, solo un poco torpe
- ¿Un poco?...
- Bueno sí, pero ¿Qué te ha pasado, por qué usas muletas?
- Una operación
- Sorry, no sabía que era algo grave, seguro pensó que era simple y por eso...
- Grave o simple igual debe saber hablar con la gente, sabes que la peor publicidad que uno puede hacer es hablando mal de donde no te atendieron bien.
- Sí lo sé, disculpa de verdad...
- Mmmm... igual me llevo las revistas por 50 soles
- ¡Qué bueno!¡haces una buena compra! déjame regalarte unas cartas de la serie.

No podía perderse su regalo solo porque un idiota no sabe tratar bien a sus clientes y yo no pensaba sentirme menos tampoco. No sé si he atentado contra mi dignidad por no tirarle las revistas en la cara como bien hubiera recomendado hacerlo tiempo atrás, capaz no es para tanto, ¿seré muy orgulloso?, no lo sé, pero creo que el escuchar un "disculpa" por parte del chico de pelo ondulado al menos me hizo ver que no todos están chiflados en esa tienda, aveces uno puede ser torpe para hablar, capaz el chico también está "lisiado" de cierto modo y por ello necesita de gente a su lado que lo apoye y mantenga su negocio que no es malo pues encontré lo que buscaba y aún con dinero para volver a mi casa.

- Gracias, chau! cuídate! - me dice el chico de cabello ondulado
- Chau y gracias - le respondo
- Gracias ¡VUELVE CUANDO QUIERAS!- me despide casi gritando el chico de gorra negra
- ¡¿Estás hablando en serio?!... ¡CHAU! - le respondo incrédulo mientras salgo de la tienda. Tenía que bajar de nuevo los 4 pisos pero ya tenía el regalo entre mis manos. Sí, seré lisiado por tener una discapacidad física permanente, pero igual no puedo dejarme llamar por un adjetivo, sino también me dirán gay, flaco, chato, sexy, etc. y pues uno tiene su nombre y a menos que uno mismo quiera no te pueden llamar de otra forma, sino ya sabes que de un bastonazo te puedo dejar lisiado.

***
Pd1: No quería incluir a Soraya y su "¡maldita lisiada!" en este post ^ ^
Pd2: Creo que le gustó su regalo... más le vale  ¬ ¬
Pd3: Me queda una semana de vacaciones y no sé qué será de mí XD

viernes, 7 de marzo de 2014

La cita


El 14 de febrero fue un día ajetreado, publicar un post tempranito después de haber dejado cargando un video llamado "Ya no te quiero" (sí, qué romántico) durante toda la madrugada, clases en la mañana, laboratorio en la tarde y después informar a mis padres de mi salida por el día de la amistad con una única persona "¿Sólo con uno?¿Por qué no invitas a más amigos para que no se aburran?" proponía mi papá que sabía más por viejo que por diablo la verdad de dicha salida de "amigos". Sin embargo, le dije que ya habíamos quedado de esa forma y que no me iba a demorar.

Me recogió a las 7:30pm, fuimos no muy lejos de mi casa y allí me dio un peluche de erizo con su respectiva bolsa de chocolates cua cua (sí, sabe que tengo blog, lo lee y sus comentarios son orales y no escritos... felizmente). Luego me invitó una cena en un bonito local en la residencial San Felipe. Yo, como soy el peor enamorado del mundo no le regalé ni un pan con mantequilla, me sentía terrible por haber antepuesto otros gastos académicos que son ahora para mí muy importantes, así que nos quedamos en su carro abrazados, yo aún apenado y sin querer pensar en el mañana. "Soy muy complicado" le paro diciendo y él dice que le gusta así, la verdad es que aún lo estoy conociendo pues no somos amigos de hace varios años, aún estoy descubriendo sus gustos y sus disgustos y creo que al ir despacio con él me estoy dando cuenta de lo buena persona que es. No hay hombre perfecto, eso siempre lo tengo en mente, pero creo que mientras alguien te quiera por lo que eres pues ya de por sí te has ganado un amigo que te deseará siempre lo mejor y con el cual sentirte seguro. Eso para mí es muy importante y me hace feliz.

los chocolates fueron devorados por mi sobrina u.u

Cita con el doctor a las 6pm. Nunca había tenido una consulta en cirugía plástica y no, no crean que me voy a operar mi nariz de bruja, ni voy a ponerme siliconas o aceite de avión para ser la nueva revelación trans-blogger-juvenil-discapacitada-universitaria del momento, sino que tengo una herida que ya tiene dos años fregándome la paciencia así que he decidido ponerle fin a tijerazo limpio.

Entramos al consultorio. El doctor tendrá unos treinta y cinco años, 1.85m, cabello ensortijado, ojos pardos, nariz perfecta, labios mordibles, una caja torácica de 42 pulgadas y seguro es inteligente, quién sabe, si tiene la cara bonita lo demás no importa. ¡No! ¡Claro que sí importa! ¡Si es el responsable de lo que pasará conmigo! Así que confiando en la experiencia del doc le expliqué mi historial clínico que lo tengo aprendido mejor que el Padre Nuestro. Me pide que me eche en la camilla, me ausculta y nos indica a mis padres y a mí el procedimiento a realizar. "Eres un caso especial, no voy a cerrar esa herida sin antes estar seguro de qué la provoca". Así que me mandó a hacerme una biopsia, realizarme más exámenes, más material, más citas y más tiempo invertido en este cuerpito que Wiracocha me ha dado.

Me hubiera gustado agregar otra cita más en la que solicito hacer pasantías, pero el profesor me la ha postergado debido a problemas en mi horario que aún no se resuelven. Igual eso no me podía arruinar el post, tenía que escribir de todas maneras ya que este blog no será un restaurant lujoso o el más impecable consultorio, pero es mi lugar en el que me cito con ustedes y esas citas no me las puedo perder :)


Pd1: Ya me hicieron la biopsia
Pd2: Me estoy yendo a comprarle el regalo que le debo
Pd3: Al fin ya vi a Pimpf!

sábado, 1 de marzo de 2014

¡Pie derecho!



¡Estoy decidido! tengo la mirada firme en la avenida mientras el imponente sol azota mi ya achicharrado rostro pues olvidé echarme protector solar. De repente diviso que se acerca esa couster rojiblanquiazul que me llevará a mi destino; De la puerta emerge un chico de unos veinte años que con la camisa afuera, el pantalón remangado y con un peinado afilado ya me va dando idea de sus gustos musicales en el sandungueo. Yo muy resuelto y con la espalda recta afirmo mis piernas, alzo el bastón derecho y el carro va desacelerando al compás de la genuina voz de aquel mozuelo que dice: "¡shube, shube, shube!" hasta que el vehículo se detiene en frente mío.

Le doy un bastón al cobrador (mozuelo de camisa afuera que recauda el dinero del viaje) y con la mano izquierda libre agarro la baranda de la puerta para impulsarme y subir las escaleras metálicas. Un cierto temor recorre mi cuerpo cuando el chofer arranca repentinamente y me derrumbo en pleno pasadizo mientras las mujeres gritan, los hombres insultan y los bebés lloran por mi desgracia. Felizmente es solo mi imaginación y el carro sigue detenido esperando que termine de subir, me siento, pido mi bastón y comienza la marcha. Por la ventana me fijo en el taxi que venía por detrás de la couster cuyo conductor guapetón se me queda mirando como quien dice: "De lo que te perdiste", pero no pensaba doblegar mi convicción, sabía que estaba haciendo lo correcto.

Estoy al costado de la ventana y el inclemente sol de verano sigue amenazando con mutar mi ADN con millones de dímeros de timina. Así que mismo Drácula (obviar el disparate de Crepúsculo) me resguardo del sol tapándome la cara con mi mochila negra muy a pesar del rostro de desconcierto de mi desconocida compañera de viaje; y es que en el taxi uno se acomoda a sus anchas mientras que aquí te encasillan en asientos donde a las justas entran tus piernas y tus muletas.

"A ver pashaje, pashaje, pashaje..." y empiezo a sospechar de un síndrome obsesivo compulsivo por parte del cobrador que tiene que repetir todo tres veces. Le doy cinco soles y me devuelve cuatro con mi respectivo boleto. Que yo sepa suelen cobrar un sol veinte y ni siquiera le mostré mi carnet universitario ¿Por qué la preferencia?¿le habré gustado?¿se habrá enamorado de mí aquel chiquillo y quiere ganar mi corazón cobrándome menos? Capaz detrás del boleto me ha dejado su número y la dirección del hotel donde nos encontraremos y consumaremos el pacto de amor eterno a pesar de nuestras diferentes clases sociales, ¡como en las novelas mexicanas!... Espera, o será que me tiene pena ¿Acaso le da lástima verme con bastones?¿acaso piensa que al cobrarme menos está haciendo su buena labor del día y que Dios le asegurará un cuarto en la residencial del cielo con piscina y gimnasio incluido? ¡Qué se ha creído!, yo no necesito la pena de nadie, así que le devolveré el dinero y... no, espera, no seas idiota, así que mejor me quedo con el vuelto y sigo disfrutando del viaje.

Hace tiempo que no uso transporte público, a este carro no suben vendedores, ni personas con recetas médicas, no hay recién salidos del penal y nadie quien me amenace diciendo que seré el culpable de su reincidencia en la delincuencia tras el poco apoyo brindado por la ciudadanía. La luz roja del semáforo nos estaciona un rato, el viaje es tranquilo, ameno, el sticker de asiento reservado a mi lado asegura mi comodidad en dicho vehículo y nada me impide disfrutar del día, bueno, nada excepto la bocanada de humo que tragué del bus que justó arrancó al lado de mi ventana. Fue tanto que estaba seguro de tener toda la lengua y los dientes negros.

"Baja en la Católica", dice la señorita de mi costado
"¡Baja Católicaaaa!... Pie derecho, pie derecho, pie derecho"
"Ay pero deténgase señor" , reclama la señorita
"ya baja flaquita, baja, baja, baja... yara con el tombo, vao, vao, vao!"

En eso me percato que yo también ya voy a bajar y me pregunto si en lugar de "Pie derecho" me dirá "Bastón derecho, bastón derecho, bastón derecho!...", ¿Cómo hago?¿y si acelera cuando esté bajando?¿y si me caigo?¿y si le doy el bastón, bajo y luego arranca dejándome con solo uno y ya no puedo caminar por mi cuenta?¿tan basura puede ser? pensé que en verdad me amaba... ¡No carajo! no seas exagerado, seguridad y no lo pienses tanto.

"Baja paradero", le digo 
"¡Crushando baja!"
"Coge este bastón porfa"
"baja, baja, baja... toma flaco"
"Gracias"

Y allí estaba yo, sano y salvo, me ahorré seis soles con un posible coqueteo en el taxi, pero ya llegué, demostrándome que puedo volver a usar el transporte público como antes de forma independiente y segura, estoy al frente de mi universidad y... en la puerta equivocada.

***

Este es el post 200 de Munani y está dedicado a todos ustedes queridos(as) lectores(as), gracias, por su tiempo, sus comentarios, sus visitas, su complicidad y su amistad conmigo. Estoy muy agradecido y espero que también sigan enfrentando sus retos, ¡qué sería de la vida sin ellos!, ya que es bueno cuando llegas a vencerlos pero es genial cuando te das cuenta de que puedes hacerlo, al menos así lo siente mi pie derecho